Mérida, Yucatán, 18 de febrero 2023 - El complejo deportivo que se construyó en el Yucatán Country Club representó un verdadero desafío para Angelina Flores López, arquitecta encargada del proyecto, quien tuvo que vencer sus miedos y salir de su zona de confort para darle forma al sitio en el que se colocaría el estadio, stands, y todo lo necesario para recibir a las mejores tenistas en el Merida Open AKRON.

Hoy, al ver completo el proyecto, se siente orgullosa del trabajo que se realizó desde finales del año pasado. “Siendo totalmente honesta en un primer momento pensé en decir que no, esto representaba moverme de zona de trabajo, del Estado de México a Mérida, y tal vez descuidar mi trabajo allá, pero también era salir de la zona de confort. Pero me arriesgué y estoy muy contenta. En cuanto a edificaciones deportiva es mi primera experiencia; me gusta mucho el deporte y sabía que tenía que hacerlo algún día y qué mejor momento que aquí”, explicó Angelina.

Adaptar el complejo deportivo al Yucatán Country Club no fue algo sencillo. “Fue difícil no en cuanto a lo constructivo, sino por todo el tema de cómo funciona un proyecto de estos. En ningún libro te dicen cómo es un complejo tenístico, te dicen cómo construir un hospital, una casa, por lo que fue un reto desde que me lo pidieron. Me sirvió mucho ir a Guadalajara [al WTA 1000], porque conocí todos los rincones y eso me dio tablas; al final creo que lejos de temas técnicos, de instalaciones, el funcionamiento llegó a un resultado funcional, aunque sí fue complejo, requirió mucho estudio de áreas físicas y técnicas”.

Un tema en el que puso especial atención la profesionista con 16 años de experiencia fue el uso de los materiales, ya que el Yucatán Country Club tiene la política de usar elementos naturales. “Pensamos que en las áreas libres podíamos usar pasto sintético, pero eso no va con la temática del club, entonces implementamos gravilla. Tuvimos que apegarnos a lo que dictaba el Country. Incluso el predio no tenía plantas y se pidió implementar palmeras para que se integrara más al fraccionamiento, para que no se viera ajeno al club”.

Angelina tuvo que seguir además otros lineamientos, ya que el tema del acomodo de las canchas (orientadas de norte a sur) no era negociable, así que recibió la lista de las áreas necesarias, como stands, carpas para staff, prensa, las canchas y las adaptó. “Fue un listado de necesidades que tuve que adaptar al proyecto, tenía que cumplir requerimientos y darles la funcionalidad adecuada para que el aficionado, y el que es parte del staff no estuvieran mezclados, que no chocaran”. La construcción de las canchas comenzó en octubre, pero los andadores, la infraestructura, las instalaciones eléctricas, hidráulicas, sanitarias, todo el movimiento de tierras y palmeras se hizo a partir de diciembre.

La iluminación de estadio y canchas alternas corrió a cargo de Philips. Para el estadio se colocaron 42 lámparas (21 de cada lado) y en canchas secundarias fueron 72, porque son de menor tamaño, aunque todas son de LED. En cuanto al tema ecológico, en conjunto con el Country se pensó en recurrir a un biodigestor para las descargas sanitarias; de esta forma, el biodigestor trata el agua que recibe y se puede regresar al subsuelo el agua ya tratada.

El resultado de su trabajo la tiene contenta, “porque me dio la oportunidad de ampliar mis horizontes y conocimientos”, y agradece que los organizadores hayan confiado un proyecto de tal magnitud a una mujer.